13 enero, 2007

Su ventana

Está como cada día apoyada en los carriles de su ventana asomada al mundo. Sus arrugas surcan el rostro de manera sutil, y sus dientes cayeron debido a la edad.

Esa ventana es su mundo exterior. Sus piernas están cansadas de andar más y un solo paso supone un esfuerzo tremendo. Allí está todos los días sea invierno, verano, primavera u otoño. En esa calle, ella forma parte del decorado urbano. Un rostro pensativo y observador que muere de ganas por comunicarse con alguien. Las personas que pasan por la calle no reparan en ella, pero si se fijaran apercibirían una mirada llena de tristeza. Los años pasaron y con ellos la vitalidad, el amor, esperanzas... sueños.

Sus últimos años se verán acompañados de soledad. El pasado existe, pero la vida ajetreada de hoy no permite tener tiempo para ocuparse de alguien mayor. Continuamente afirman –estás bien ¿no?-.

Mientras tanto, ella espera que algún día tenga delante de aquella ventana el rostro de algún conocido para decir:

- ¡Mis hijos vienen a verme!


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