16 mayo, 2017

Libertad

Qué piensas cuando escuchas esa palabra? El significado de esta palabra, puede ser tan diverso y variado como personas hay en la tierra. Todos tenemos un baremo que nos indica donde vemos o sentimos la libertad, y no tiene que ser igual que la sensación que pueda tener la persona que tengas al lado.

La palabra libertad engloba un todo, y es aplicable en muchos  sentidos, actitudes y actos que forman parte de nuestra vida. Es un derecho único que todos tenemos y que forma parte de la personalidad de cada uno.  

Somos seres humanos libres, pero muchos se empeñan en transgredir ese derecho. Si los actos atacan de forma agresiva las libertades de las personas, las leyes creadas para ese fin se ponen en marcha y cuando estas no se cumplen lo primero que se arrebata es la libertad propia. Aún así, en cautividad sigues gozando de ella pero en un sentido más coaccionado, por tanto, su significado pierde valor. Es el precio a pagar.

El ejemplo expuesto es quizá el de peor consecuencia de cara al resto del mundo, pero existen también muchas maneras de coaccionar de forma velada ese derecho. Nadie tiene la potestad de limitar tu libertad. No hay que otorgar complacencia a quien invade tu espacio para intentar adueñarse de tus pensamientos, ideas o comportamientos. No se debe permitir, cuando alguien te dice que hagas esto o lo otro, intentando pensar o actuar por ti. Se pueden aceptar las opiniones y consejos pero en última instancia tú, y solo tú, eres quien debe tomar decisiones y actuar en consecuencia.

Cómo tampoco debe permitirse cualquier atisbo de manipulación con respecto a tu vida. Ante estos ataques indirectos hay que reaccionar, y reivindicar la propia libertad. Debemos aceptar y respetar opiniones distintas, así como los métodos utilizados para resolver o conducir situaciones que se presenten, pero siempre teniendo en cuenta no extralimitarse en la confianza que la otra persona otorgó.

Jean Paul Sartre dijo: "Mi libertad termina donde comienza la de los demás". Cuando leí esta frase por primera vez, no entendí su significado. Pero con el paso de los años comprendí que la libertad va de la mano junto al respeto. Todos podemos actuar en libertad, pero sin perder el respeto por todo aquello que nos rodea e interacciona con nosotros. Así sí podemos actuar, pensar y comunicarnos libremente.

Todos somos libres y, por tanto, podemos actuar en consecuencia, pero eso no da derecho a invadir la libertad del prójimo.