08 febrero, 2006

A mi hijo

El amor de una madre se siente, se respira, se ve.

La sensación tan maravillosa que se siente hasta dentro cuando él te mira, te sonríe, te arropa con sus pequeños brazos, cuando ves la admiración hacia ti en sus ojos... cuando se enfada y se molesta por algo. La mirada que transmite me recuerda a mis años pasados y vividos porque, en numerosas ocasiones, es mi viva imagen.

Quiero transmitirle humanidad, confianza, ingenuidad, sensibilidad, ganas de vivir, inteligencia, alegrías, temores, dolor, sufrimientos, lágrimas… Quiero transmitirle todo, tanto lo bueno como lo malo porque las condiciones esenciales de todo ser humano es sentir todo en conjunto. Prefiero que comience su andadura sintiendo todo a la vez porque, de esta manera, cuando ambos momentos lleguen sabrá sacar provecho. De los buenos disfrutándolos al máximo, y aprendiendo de los malos.

Cuando le veo crecer cada día imagino su rostro con algunos años más, y la sensación tan maravillosa que puede dar el sentirte orgullosa de ese ser, te invade. Será guapo, sí… en la etapa adolescente con algún granito de más y una pizca delgado, pero si cumplo el papel de madre será un adolescente feliz, triste, ilusionado, ensoñador, abatido… Cuando sienta una y cada una de las sensaciones que puede llegar a sentir un ser humano será un ser maravilloso porque habrá comenzado a disfrutar de lo que es estar vivo.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Aysssss...y lo bien que te esta saliendo to ...¡¡joia!!!...que lo se yo muy bien, solo hay que mirarle a los ojos para saber que te quiere con locura, rectifico, solo hay que miraros a los ojos para saber que os quereis con locura y ver la admiración que sentís el uno por el otro....

Yo espero seguir viendolo muchos años y cuando le salgan los granos, darle los consejos y regañinas de "tia" que sé que a él tanto le gustan tambien...(¿o no le gustan? uys...)

Besos arepretaos grandes, gordos y sonoros para los dos